Es un clásico que cuando una cambia de laburo lo primero que piensa y comenta entre sus amigas es “ojalá haya un chongo hot en la ofi”. Sin más... nada de pensar "ojalá que me adapte rápido" o que me guste el trabajo, no, no, vos pensás en los flacos!!!
Llega el primer día. Nervios, te duele la panza, no cazas una, pero claro, de todos modos te hacés el espacio y mirás a tus compañeritos para ver qué mercadería encontrás. Primera selección? Mmm, lo dudo! Yo diría de segunda, outlet, canasto de tres temporadas atrás, bolishoping… Puede ser que ninguno potable?! “Yo no lo puedo creer, de 30 empleados ninguno lindo???” Naaa, volvés in-dig-na-dí-si-ma a tu casa y haces forward a las chicas “ni uno que zafe”.
Te querés matar, pensás “por qué no me quedé en el otro trabajo, ganaba menos guita, pero aunque sea estaba el de marketing que se partía”. Y no te queda otra que hacerte la idea de que en esta nueva oficina no vas a hacer ninguna chanchada. Pero… Pará, vos pensabas que no? Tan segura estabas ese primer día de trabajo? Dale negri, seamos sinceras, a los 2 meses de estar en este nuevo laburo, ese que era feo, tenía un corte de pelo que parecía Carlitos Balá, hacía chistes malos, tenía acné, era un tanto irresponsable y no hacía nada: YA NO ERA TAN feo, ni tenía un corte de pelo TAN horrendo, los chistes que hacía ya no te parecían TAN malos (es que no los entendías y ahora sí, obviooooooo boluuuuda! Era eso!), el acné MAGICAMENTE se había ido y la irresponsabilidad que habías tenido como primera impresión pasó a ser admirada rebeldía, “es que su jefe es re exigente, pobrecito” (con voz de compasión).
Ay ay ay, era obvio! Alguno te iba a gustar. Y todo comenzó cuando un día pasó por tu escritorio y te dijo “qué lindas estás hoy” y te dejó un sugus max . Se, con eso te compró, te llaman fácil, no? En fín, así empieza a “molestarte”: pasa por tu escritorio y te esconde la lapicera, se roba tus galletitas de arroz, te manda mails, etc etc. Ya eso te gusta, pero por un tiempo lo ocultás y te hacés la boluda. Claro, cómo le explicás a tu compañera que te gusta ese chongo?! Si es feo! Si a nadie le gusta. Pero es que vos te fijás en otras cosas, en lo de adentro… Mmmmmmmmmmmm… Bueno, el tiempo pasa y ya es inocultable porque se nota que te cabe y te gusta histeriquearlo, entonces un día Julia, que ya estaba dándose cuenta, te pregunta “Cheee, a vos te gusta Fede?”… “Naaa Juli, estás loca??!!”… Pero, te pregunta dos veces más y le confesás todo. Te encanta! Te vuelve loca! Lo querés!
El pibe no puede creer que le des bola. Parece que siempre hacía lo mismo con las chicas nuevas que entraban y nadie picaba… Pero sí, efectivamente, entrás vos y… y… le das! Y lo peor: en la fiesta de fin de año. Tremendo. Con unas copas de más terminás haciendo trencito loco con el chongueli del laburo y lo que sigue ni se cuenta...
El tema heavy se da el lunes, después de todo eso, cuando te comiste al bagarto de la oficina y tenés que enfrentarte al mundo... Pero así sos vos, necesitás tener a alguien a quien querer, adorar, desear, en cada puerto que visitás... Así que, mi querida, no des nada por sentado sobre tu futuro el primer día de un nuevo trabajo, mas bien esperá a que pasen unas semanas, que seguro SEGURO, entre tooodo ese montón de chongos de oferta, encontrás alguno al que le quieras dar!
Llega el primer día. Nervios, te duele la panza, no cazas una, pero claro, de todos modos te hacés el espacio y mirás a tus compañeritos para ver qué mercadería encontrás. Primera selección? Mmm, lo dudo! Yo diría de segunda, outlet, canasto de tres temporadas atrás, bolishoping… Puede ser que ninguno potable?! “Yo no lo puedo creer, de 30 empleados ninguno lindo???” Naaa, volvés in-dig-na-dí-si-ma a tu casa y haces forward a las chicas “ni uno que zafe”.
Te querés matar, pensás “por qué no me quedé en el otro trabajo, ganaba menos guita, pero aunque sea estaba el de marketing que se partía”. Y no te queda otra que hacerte la idea de que en esta nueva oficina no vas a hacer ninguna chanchada. Pero… Pará, vos pensabas que no? Tan segura estabas ese primer día de trabajo? Dale negri, seamos sinceras, a los 2 meses de estar en este nuevo laburo, ese que era feo, tenía un corte de pelo que parecía Carlitos Balá, hacía chistes malos, tenía acné, era un tanto irresponsable y no hacía nada: YA NO ERA TAN feo, ni tenía un corte de pelo TAN horrendo, los chistes que hacía ya no te parecían TAN malos (es que no los entendías y ahora sí, obviooooooo boluuuuda! Era eso!), el acné MAGICAMENTE se había ido y la irresponsabilidad que habías tenido como primera impresión pasó a ser admirada rebeldía, “es que su jefe es re exigente, pobrecito” (con voz de compasión).
Ay ay ay, era obvio! Alguno te iba a gustar. Y todo comenzó cuando un día pasó por tu escritorio y te dijo “qué lindas estás hoy” y te dejó un sugus max . Se, con eso te compró, te llaman fácil, no? En fín, así empieza a “molestarte”: pasa por tu escritorio y te esconde la lapicera, se roba tus galletitas de arroz, te manda mails, etc etc. Ya eso te gusta, pero por un tiempo lo ocultás y te hacés la boluda. Claro, cómo le explicás a tu compañera que te gusta ese chongo?! Si es feo! Si a nadie le gusta. Pero es que vos te fijás en otras cosas, en lo de adentro… Mmmmmmmmmmmm… Bueno, el tiempo pasa y ya es inocultable porque se nota que te cabe y te gusta histeriquearlo, entonces un día Julia, que ya estaba dándose cuenta, te pregunta “Cheee, a vos te gusta Fede?”… “Naaa Juli, estás loca??!!”… Pero, te pregunta dos veces más y le confesás todo. Te encanta! Te vuelve loca! Lo querés!
El pibe no puede creer que le des bola. Parece que siempre hacía lo mismo con las chicas nuevas que entraban y nadie picaba… Pero sí, efectivamente, entrás vos y… y… le das! Y lo peor: en la fiesta de fin de año. Tremendo. Con unas copas de más terminás haciendo trencito loco con el chongueli del laburo y lo que sigue ni se cuenta...
El tema heavy se da el lunes, después de todo eso, cuando te comiste al bagarto de la oficina y tenés que enfrentarte al mundo... Pero así sos vos, necesitás tener a alguien a quien querer, adorar, desear, en cada puerto que visitás... Así que, mi querida, no des nada por sentado sobre tu futuro el primer día de un nuevo trabajo, mas bien esperá a que pasen unas semanas, que seguro SEGURO, entre tooodo ese montón de chongos de oferta, encontrás alguno al que le quieras dar!