Muchas veces intentamos precisar la categoría “chongo” y, si bien no hay una definición concreta, más o menos todas estamos de acuerdo en que es un pibe con el que estás, que te ves seguido y que pasan cosas pero nada serio. O sea, los mensajes se dan los sábados a las 4 am, desde que lo conocés (1 año y 8 meses) fueron al cine una sola vez (la segunda cita) y sabés que su mamá trabaja en un estudio, su papá es arquitecto y tiene dos hermanos pero sólo sabés, a ellos nunca te los presentó y sólo alcanzaste a ver que la vieja está teñida de rubio un día que pasaste al estilo “Speedy González”, en la casa del chongo, del living a su cuarto. En resumen: un chongo NO es un novio pero… ¿qué pasa cuándo te hace creer que sí?
Lo conocés un día porque es amigo de tu primo y te cae bien, tranqui 120, no te encanta, pero aceptás salir porque, coincidamos, tampoco tenés algo mejor que hacer… Desde el primer encuentro (un café en un bar de viejos; mensaje subliminal para demostrarte que no le gusta la joda) se ocupa de decirte que le encantás, que no puede creer conocer a una mina así, que sos todo lo que soñó y una sarta de barbaridades más. Vos no le creés y por dentro pensás “al pedo que me mienta con esto, si igual le voy a dar, ya estoy acá… seguro desaparece después del garche” pero no. Aún después de la primera noche el pibe sigue ahí. Sí, y te empieza a llamar seguido y a querer verte más, y de repente te lleva a conocer a los amigos, hace la suma de tu sueldo y el de él “pensando en un futuro”, te pregunta si lo acompañás el finde a la casa de la tía Pocha en Coronel Pringles y te pide que le cuentes de “esto” a tus viejos!! Ah, y de paso, te dice que los quiere conocer!!! Y vos, que te llenás la boca diciendo que no querés estar atada a nadie y que naciste para la fiesta, terminás suspendiendo el cumple de una amiga para quedarte cuchareando con él un sábado a la noche. Y sin saber cómo te ves envuelta en una relación de “amor - amor” que nunca sospechaste…
Pero claro, lo que mucho menos sospechaste es que se fuera a terminar tan rápido… Sí, porque el chongo traicionero al mes y medio de hacer vida de novios de 5 años (hasta el punto de pasar por el registro civil que está cerca de tu casa y decirte “¿ves? Acá nos vamos a casar nosotros”) desaparece sin darte ninguna explicación!!! Claro, nada raro, es la actitud de cualquier chongo, pero la diferencia acá es que éste no parecía!!! Que te agarró desprevenida para el batacazo, que no te la esperabas!!! Y no sólo que desaparece, sino que a la semanita te enterás de que ya está haciendo esta misma vida de casado con otra prima de otro amigo, que encima vos conocías!!!! Señores… hay un BINGO en la sala!!!
El desconcierto es mucho… Más allá de estar “mal” porque la historia se terminó, no entendés por qué hizo lo que hizo. Por culpa del chongo traicionero, ahora no sólo tenés que hacer el duelo vos, sino que con toda la jeta tenés que ir a decirle a tu viejo que lo que le contaste la semana pasada “ya no va más”, al igual que a tus amigas que creían que “por fin esta vez sí” y hasta a tu psicóloga que, muy compungida, te dice que no tiene palabras para responderte. O seaaa, que te decepcione a vos vaya y pase, pero a tu psicóloga?????????
Ahora ya sabés, cuando un chongo venga embalado y enfundado en “piel de novio” pará la moto y subí los vidrios, y pedíle que te pase por adelantado la cuota de alimentos del futuro divorcio!!! Y hoy, para distenderte, llamálo a Seba, un verdadero chongo, al que ni siquiera le da la cabeza para inventarte ni prometerte nada y todas ya sabemos para qué te mensajea un viernes a las 3 am!! Hacéme caso, que un clavo no saca otro clavo, pero que lo mueve, lo mueve!!!!