viernes, 19 de noviembre de 2010

El RatChong

El título de este texto lo dice todo… Podemos imaginarnos miles de situaciones, sobre todo, aquellas que nos dan vergüenza y es mejor no recordar!!! Pero claro, encontrarse con el Ratchong es algo que nos marcó, un destino, algo cierto y que a cualquiera de las mujeres en esta tierra nos pasó alguna vez… ¿o será, muchas veces?
“Todo comenzó algún tiempo atrás en la isla del Sol”…Y sí, porque cuando lo conociste, te imaginaste el mismísimo sol, tú alma gemela, el chongo que podía convertirse en otra cosa, tal vez un chongo recargado o un chongo-novio, pero claramente terminaste sola como en una isla desierta!!!
Lo conociste en un boliche, o por ser primo de un amigo de un amiga, o en el cumple de Caro, o en el laburo… El lugar ya no importa, porque esta especie la encontramos en todos lados… Pegaron buena onda: trago va, trago viene, meneo va, meneo viene, manito en el pelo, manito en la cintura (si se puede llamar cintura), beso va, beso viene, teléfono va y teléfono viene. Síiiiiiii, por fin un teléfono que viene!
En fin, al otro día te mandó mensaje para volver a verse, vos, anonadada con la ansiedad del muchacho, accediste, previamente a histeriquear un rato (digo, de pronto, me parece: si tan sola estás, para qué carajo histeriqueas?!). Quedaron en encontrarse en Placita Serrano, a las 19.30 de un fastidioso domingo. Se sentaron en una mesa, él se pidió un porrón y vos un licuado de naranja y durazno. Charla tendida, rato largo. Al final, pidieron la cuenta y vos, como hacés siempre, atinaste a agarrar tú billetera. Es un clásico, vos haces que tomás la billetera, porque sabés que ahí nomás el chongo te dirá “Oh no Romina, pago yo, por favor”. Pero no. Te confundiste. Él dispuso $15 sobre la mesa y vos, porque no te quedó otra, tuviste que poner los $10 de tu licuado. O peor todavía, puede ser que, de “copada” que sos, decís “dejá, invito yo” (claramente para que te diga que no) y el flaco acepta!!!!!!! “Ok, será que es la primera vez. Esto no va a significar que sea un ratman…” pensás ingenuamente, y tu cabeza sigue justificándolo: “Pobre, capaz no tenía cambio o se quedó sin efectivo…”.
Quedaron en hablar, volviste a tú casa y te conectaste al msn para contarles a tús amigas, obvio que suprimiendo el “detalle”.
A la semana te llama para volver a verse, pero esta vez el viernes a la noche. Opa opa! Viernes + noche + 2da cita = sexo. Te dispusiste divina, depilada y con la mejor tanga. Se encontraron, más bien te pasó a buscar y dieron unas vueltas en el auto, nada de bajarse a tomar algo en algún barcito (típico perfil Ratchong). Estacionó en el auto en una cortada y se puso “quenchi” la cuestión… Directamente asomó un “vamos a algún lugar más tranquilo?”. Otra vez lo mismo, histeriqueaste (no se entiende para qué si todas sabemos que tenés más ganas de ir al telo que él) y terminaste accediendo… Llegaron, miraron un rato de tele y “a los botes, a los botes”! Genial, casi un lujito, atento y cariñoso.
Turnito de 3 horitas, tranqui 120… Momento del pago y…y…y qué pasó? Seeeee, te pidió la mitad!!! Así como si nada, como quien no quiere la cosa, sin vergüenza ni pudor te clava un “serían $50 cada uno”. Te quedaste perpleja, nunca pensaste en una situación así. Porque a verrrr, nadie pretende vivir de arriba, si van una relación de un tiempo, es lógico, porque pobre pibe sino se le va el sueldo en ponerla… Pero la primera vez y que ya arranque así?!
Nuestro consejo es simple y claro: más bien escapále rápido, huí como rata por tirante (cuac)!! Porque estos empiezan así y terminan, en 2 meses, pidiéndote un préstamo para comprarse la Wii!!! Tenés que saberlo, el Ratchong desgraciadamente no está en peligro de extinción, y ante el primer síntoma, extinguíte vos! Y contáles a tús amigas sin problema, porque a ellas también les pasó!!

1 comentario:

  1. Jjajajaja... totalmente!! a quien no le paso!.. hace mucho no podia leer los post.. ya lo extrañaba!

    muuuy pero muy bien..

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